domingo, 12 de junio de 2011

Día 8

Llegamos, por la oscuridad de la noche y la poca iluminación, a lo que nos pareció un anexo de una casa señorial. De momento tenemos que compartir habitación con Dante, estamos encantados. Karla y Oto, tienen habitación aparte, son la única pareja “legal” del grupo. Hemos puesto al día a Dante de lo que hablamos la noche pasada, nos ha dicho que él no tiene nada en contra de Karla, pero que si queríamos marchar nos acompañaba.
Esta mañana una sirvienta con unos 40 años, entrada en carnes, luciendo unos mofletes de un sonrosado intenso, como si estuviera perpetuamente avergonzada, nos ha traído el desayuno y nos ha comentado que dentro de unos días nos preparara habitación en el Schloss Moosham. - ¿De quién es el Schloss?. – Es una sorpresa, usted no les diga nada, dentro de unos días lo sabrán.
Hemos pasado el día paseando por los alrededores. El pueblo queda en el valle a un par de kilómetros por una carretera que sube zigzageando hasta la puerta del patio. Nos han dicho que no bajemos al pueblo hasta que no hayan llegado el resto de invitados. En la casa donde nos hospedamos, algunos libros y revistas atrasadas nos ayudan a pasar la tarde. – Mañana os tengo preparada una sorpresa para vosotros dos, solos. Seguro que os encantará. Definitivamente, Karla se ha convertido en el macho alfa de la manada.

No hay comentarios: