jueves, 4 de agosto de 2011

Día 18

-  Abrázame, no como si lamentaras hacerlo. Hazlo como si me quisieras, como si fuese lo más importante que haya pasado en tu vida. Dante tenía los ojos brillantes. Lo abrace sintiendo contra mi pecho el suyo palpitante, apretándolo fuerte hacia mi. Sentí sus brazos, su respiración, en un momento me dio la sensación que lloraba, pero después vi que todo había quedado en eso, una sensación.
Cuando por fin aflojamos el abrazo quedamos por un momento muy cerca el uno del otro, mi mano sobre su nuca me hablaba de su vulnerabilidad, de la fragilidad con que siempre se envolvía. - ¿Quieres que me quede contigo?. – Solo necesitaba sentir que le importaba a alguien, aunque sea mentira. Gracias por el abrazo.
Pocas veces he tenido que bajar la mirada por culpa de otra mirada. Como un reto la he mantenido hasta que el otro la apartaba, a Dante no le ha hecho falta mucho tiempo para lograrlo. He tenido vergüenza de no saber que le pasa, de despreocuparme de Eva, de sentirme feliz cuando a mi alrededor algo parece desmoronarse, sin saber yo que es.
Hemos hecho una excursión a Hochschwad, pero los ojos de Dante, en la distancia, han seguido perforándome.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Día 17

Anoche fui a la habitación de Dante, la cama estaba hecha, él no estaba allí, no dormía allí. He empezado a pensar que su salud no es motivo de su decaimiento. Esta mañana lo he encontrado, serio y distante, como estos días atrás. No le he preguntado donde estaba la noche pasada. Karla se ha unido al desayuno a las 10 de la mañana. - ¿Quién se anima a venir a Schneealm?
He vuelto mi cabeza hacia Dante, su mirada melancólica, - ¿Quieres que me quede contigo y hablamos? – Quiero que te vayas. En ese momento no me he dado cuenta del significado de sus palabras, he entendido que quería que me fuese con Karla y Oto, pero quizás decía algo más; que me fuera de su vida, que me fuera de allí, que lo dejara solo.
He sentido una tristeza inmensa, quizás he obligado a separarse de mi a las dos únicas personas que me querían. Schneealm se mostraba fantástico, Leopold ha dicho que cuando venga el grupo que espera, iremos a los lugares donde la nieve aun reina. - ¿Nos acompañarás Leopold? – Creo que me tengo que quedar a finalizar unos negocios, espero poderme escapar algún día.

martes, 2 de agosto de 2011

Día 16

Leopold ha insistido en que fuéramos de excursión  a Kuhschneeberg. Dante ha dicho que se encontraba mal y no ha venido. Tampoco Eva nos ha acompañado, está haciendo la maleta y sale hacia Viena. Leopold nos ha dado documentos nuevos, ahora tenemos nacionalidad Suiza.
Karla esta exultante, y Oto se acerca más a mi. Hemos podido tener una conversación de una hora sin que pensase en los pantalones de Karla. Creo que es el tiempo que he hablado más con él desde que nos conocemos.
Leopold, nos ha dicho que en cuanto llegue el resto de los invitados iremos a las cumbres que se mantienen con nieve. En algunas donde la cima es menos escarpada podríamos esquiar un poco, pero todo se verá. El, posiblemente tendrá que regresar a Viena.
Ya se nota que estamos a finales de primavera, a pesar de que el tiempo es muy variable. Me he dado cuenta, de que mi odio hacia Karla, no tenía motivo. Parece que todo ha vuelto a la normalidad. Me siento feliz de la actual situación. Estoy seguro que no echaré de menos a Eva y apenas he pensado hoy en Dante. Mis obsesiones hacia ellos parecen que se van mitigando.
Cuando comenzamos el viaje, creí que lo nuestro era de verdad.