domingo, 19 de junio de 2011

Día 13

Último día en el lago. Cuando Eva ha despertado tenía mi mano dentro de su braga, estaba húmeda y un poco pegajosa. Ha pegado un grito de horror y ha huido al lavabo. Yo me he quedado acostado, excitado, oliéndome los dedos. – Eres la persona más asquerosa que he conocido en mi vida. Eres… Se ha quedado sin palabras. – Si te da asco que lo haga por el coño, también te puedo follar por el culo.
Eva se puso a llorar.
He salido a tomar el aire, el silencio roto por el crujir del hielo, Eva se puso a mi lado con los brazos cruzados. - ¿Y ahora qué?. Le he dicho que yo era el mismo del año pasado. Ha sonreído con desdén y ha girado levemente la cabeza.
Hemos ido a dar una vuelta por el glacial, por la parte de su imparable desmorone antes de llegar al lago. Donde sus grandes bloques de hielo, se abren en enormes grietas en una lenta muerte. Junto con el glacial creo que lo nuestro también se ha disuelto en las aguas del lago. Cuatro días donde hemos pasado de la felicidad al odio, a sentirnos apresados en este refugio que nos ha separado irremediablemente. Nunca hemos tenido una relación romántica, no se lo que esperaba de mi. Yo solo quiero ver de nuevo mi ciudad y hundirme en mi cama, con la seguridad de que he hecho lo mejor para los dos. Eva se ha perdido entre los bloques de hielo azul.

No hay comentarios: