jueves, 1 de diciembre de 2011

Día 21

Los hombres del grupo y Oto, Karla y yo, nos fuimos a Griesskargipfel. Karla se desenvolvía como la dueña y señora de la montaña, y de todos nosotros. Mandaba y nos desvivíamos por complacerla, sobre todo los nuevos. Oto se enfurruñó, y dejó de competir pegándose a mi como una lapa.
He hablado algo más de lo acostumbrado con él, que tampoco es mucho. - ¿Qué vais a hacer, después de esto?. –¿Dirás que vamos a hacer?, tu también te vendrás, supongo. Eva nos está buscando un apartamento en Berlín a través de unos amigos de Leopold. –Entonces, ¿nos espera en Berlín? – Cuando lleguemos, ella, habrá marchado.
Si, sabían donde ha ido Eva, ¿porqué me lo han ocultado?, o ¿ha sido el pobre Oto el que se ha ido de la lengua?, por mi seguiría los pasos de Eva esta misma noche, le pediría perdón y trataría de comprenderla, mataría a Leopold, a Oto, Karla y al grupo de vicetriples y acompañantes, a los cocineros, criadas y mayordoma, le pegaría fuego a Moosham y la seguiría. Dante, y yo. Para volver a estar otra vez los tres juntos. Cruzaríamos la frontera con Alemania mañana por la noche y estaríamos a salvo. Pero estoy seguro, que Dante no me apoyaría, ha sido un gran sueño.

1 comentario:

Núria Fernández Estopà dijo...

muy bueno el relato, aunque no hace falta matar a tantos simplemente seguir en el concepto excursión-exclusión