miércoles, 30 de noviembre de 2011

Día 20

El grupo de coristas llegó anoche, recién estrenada la luna. Leopold se multiplicaba en amabilidades y halagos, había aumentado el servicio en 6 criadas, que corrían de un lado a otro, montando catres en las habitaciones más grandes del Schloz.
También había dos cocineros nuevos, de aspecto jovial, se repartieron la cocina de forma civilizada apartando a la Sra. Ruetz, en su rincón favorito, no la dejaban acercarse a los fogones.
Hoy Leopold nos ha llevado a todos a la cima del Türnitz. Creo que ha sido el día más caluroso de esta primavera, Dante se quitó la camisa y probó esquiar un rato, pero no había tanta nieve y la que quedaba no estaba en la mejor condición. A pesar de verlo entretenerse, siempre se ha mostrado huidizo.
Me están pesando como plomo esta estancia en Moosham. Cuando llegaron las chicas era como una invasión del mundo exterior, las conversaciones amontonadas, los cuchicheos, su alegre ir y venir que lo llenaba todo. Y yo, como un pasmarote mirando el espectáculo del mundo.

1 comentario:

Albert Girós dijo...

Pienso que la historia está muy bien narrada, me recuerda a alguno de estos escritores ingleses que tanto me gusta leer