domingo, 4 de diciembre de 2011

Día 23

El día de ayer me demostró que no puedo quedarme encerrado en el castillo, mi mente naufragaba, esparciendo trozos de vida mientras yo me hundía cada vez más. El grupo de coristas se ha ido esta mañana antes de que yo me levantara. Ha venido a despertarme Oto para que me despidiera, lo he mandado al cuerno y he seguido dormitando.
Eva Karla me ha preguntado que me pasaba mientras me acariciaba la cabeza, suavemente, Oto nos ha mirado con cara de horror y ella le ha sonreído. ¿Qué me estoy perdiendo?
Eva ya estará llegando a Berlín, paisajes que se alternan, pueblos, casas, ciudades con gente y ruido, si, ruido, coches, claxon, hombres anuncio, pobres. Por la información que deja escapar Leopold de vez en cuando, Berlín es un hervidero, preparando las Olimpiadas, viene gente de toda Alemania para visitar el Estadio y las avenidas nuevas.
Pagaría, por estar allí, media vida.
Leopold también marchará mañana hacia Viena, Dante irá con él, dice que a recoger nuestros pasaportes. Espero que sea el principio del final.

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