martes, 5 de julio de 2011

Día 15

Un día fabuloso, hemos bajado al lago que hay cercano al pueblo, por fin hemos conocido a nuestro anfitrión, mejor dicho, he conocido. Es un rico industrial del acero, nada de títulos nobiliarios y cosas por el estilo. Karla se ha lanzado literalmente a su cuello, - ¡Leopold, ya tenía ganas de verte! Leopold le ha devuelto el abrazo. Un par de cachetes cariñosos a Oto. Un corto saludo con Eva. Una sonrisa cómplice hacia Dante que la ha devuelto bajando la cabeza. Yo he quedado para el final – Por descartes tu debes ser… -¡Exacto!, me ha estrechado la mano, vigorosa y enjuta, dando muestras de confianza. En la comida, Karla, llego primero al comedor y ya tenía preparado donde nos íbamos a sentar cada cual. Me dio lo mismo. Hoy ha hecho un día azul. Luminoso.
Hemos conversado, Leopold se ha mostrado tal como es, un hombre culto y de mundo que puede mantener cualquier conversación, o al menos sabe llevársela a terrenos que le son provechosos. Dante, sin embargo, se ha mostrado callado y cabizbajo en un sillón. ¡Allá él!, un día como hoy solo pasa una vez al año.

1 comentario:

Núria Fernández Estopà dijo...

Curioso el devenir de los acontecimientos, no sorprende pero engancha es como la vida misma, ingeniosamente real